lunes, 26 de marzo de 2012

Monasterio







El pueblo se formó a mediados del siglo XIX por la unión de dos municipios. Poco después se unieron también otros dos. El término municipal incluye diversas masías diseminadas, algunas de los siglos XIII y XIV.


La iglesia parroquial corresponde a la que fuera la segunda iglesia del antiguo monasterio. Es un edificio de estilo románico que conserva uno de los tres ábsides originales. Tiene forma de cruz latina. El claustro es neoclásico del siglo XVIII. Cerca del pueblo se encuentra la iglesia prerománica de Sant Pere, cerrada al culto y que se utiliza como sede del ayuntamiento.

El pueblo  está organizado alrededor de la iglesia de Sant Miquel, consagrada en el 1187. El edificio que puede verse hoy en día fue construido en el siglo XVII. Es de estilo renacentista con mezclas de gótico tardío. El campanario se erigió en 1798. Los barones de la zona tenían aquí su castillo, documentado ya en 1187. Conservaron la baronía hasta mediados del siglo XVII cuando la vendieron a otros señores de la zona.



Parte de detrás de la iglesia en ruinas 

Muro del jardín de la iglesia

Parte de la iglesia derruida 



Pozo detrás de la iglesia




Vista del pozo de dentro




Iglesia parte lateral





Ventanico con barrotes de la parte en ruinas








Iglesia parte frontal




Campanario




Cruz delante de la iglesia













martes, 20 de marzo de 2012

Salvador Puig Antich (Condenado a muerte)


Hijo de una familia trabajadora, Salvador era el tercero de seis hermanos. Su padre, Joaquín Puig, había sido militante de Acció Catalana durante la República; exiliado en Francia en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer, fue condenado a muerte cuando volvió a España e indultado en el último momento.




El joven Salvador empezó a estudiar en el colegio religioso La Salle Bonanova hasta que fue expulsado por indisciplina. Después estudió en los Salesianos de Mataró en régimen de internado. A partir de los dieciséis años compaginó el trabajo en una oficina con los estudios nocturnos del Bachillerato en el Instituto Maragall, donde hizo amistad con Javier Garriga y los hermanos Solé Sugranyes (Oriol e Ignacio), todos ellos futuros compañeros del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL).



Militancia

Los episodios del "Mayo francés" de 1968 y la muerte del estudiante Enrique Ruano en la Dirección General de Seguridad en 1969 fueron decisivos para que Puig Antich decidiera implicarse activamente en la lucha contra la dictadura franquista. Su primera militancia sería en las plataformas deComisiones Obreras, formando parte de la Comisión de Estudiantes del Instituto Maragall. Ideológicamente, pronto evolucionó hacia posiciones anarquistas, que rechazaban cualquier tipo de dirigismo y jerarquía dentro de las organizaciones políticas y sindicales en la lucha de la clase obrera hacia su emancipación. Tras iniciar estudios universitarios de Ciencias Económicas, hace el servicio militar en Ibiza, donde es destinado a la enfermería del cuartel. Una vez licenciado, se incorpora al Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), integrándose en su rama armada, en lucha contra elcapitalismo. Los MIL no se consideraron un grupo en la línea del FRAP o ETA. Nunca atentaron contra fuerzas de seguridad ni pusieron bombas.
Puig Antich y sus compañeros se movían con facilidad en el mundo de la lucha clandestina. Puig participa, haciendo de chófer, en las acciones del grupo, que consistían generalmente en atracos a bancos. Los botines se destinaban a financiar las publicaciones clandestinas del grupo. Crearon la revista "CIA" [Conspiración Internacional Anarquista] y la editorial "Mayo 37". También se ofrecieron para ayudar económicamente a huelguistas, pero a éstos les daba miedo recibir un dinero proveniente de los atracos. Viajaban a menudo al sur de Francia, donde se relacionaban con viejos militantes cenetistas.




El 2 de marzo de 1973 un contable de la sucursal del Banco Hispanoamericano de Barcelona resultó herido de gravedad durante un atraco perpetrado por Salvador Puig Antich, Jean Marc RouillantJosé Luis Pons Llobet y Jordi Solé Sugranyes. A partir de entonces la policía creó un grupo especial para desarticular esta banda. La nueva situación creó dudas y contradicciones en el seno del MIL. En agosto de 1973, en una reunión en Francia, la mayoría de sus miembros, descontentos con la trayectoria del grupo, decidieron su disolución. Sin embargo, Puig Antich, los hermanos Solé Sugranyes y José Luis Pons decidieron continuar.
El 15 de septiembre de 1973, en lo que fue el último atraco del MIL, en Bellver de Cerdanya la Guardia Civil detuvo a Oriol Solé y a José Luis Pons, mientras que Jordi Solé consiguió escapar a Francia. Unos días después la policía detuvo a la novia de Pons y a Santi Soler que, al ser interrogado, acabó confesando que tenía una cita el 25 de septiembre con Xavier Garriga en el bar El Funicular. Se preparó un operativo para ese día esperando detener a Garriga. Aunque no se esperaba la presencia de Puig Antich, finalmente los dos anarquistas son abordados. Garriga iba desarmado y no opuso resistencia. Puig se resistía al arresto, por lo que entre los inspectores Bocigas y Santorum y el subinspector Anguas trataron de reducirle con una zancadilla y mediante golpes en la cabeza con la culata de las pistolas.[cita requerida] En ese momento le ocuparon una pistola Kommer, calibre 6,35 milímetros, cargada y sin montar. Sin embargo el forcejeo continuó y cinco policías introdujeron a Puig y a Garriga en un portal situado en el número 70 de la calle Girona. En ese momento se escuchó un disparo, que aprovechó Garriga para escapar, aunque fue perseguido por los policías Rodríguez y Algar y atrapado debido a la colaboración ciudadana. Mientras tanto se produjo un tiroteo en el portal donde habían quedado Puig Antich, Bocigas, Anguas y Fernández Santorum, resultando malherido Puig Antich y muerto el subinspector Francisco Anguas Barragán, de 23 años. Según uno de sus compañeros, Puig fue el que disparó contra los policías que le perseguían.


Proceso judicial y ejecución


Puig Antich fue encarcelado, acusado de ser el autor de los disparos que causaron la muerte a Anguas Barragán y, posteriormente, juzgado en consejo de guerra y condenado a muerte "por la muerte de un funcionario público por razones políticas". Partidos políticos, colectivos de derechos humanos y mandatarios extranjeros, como el Vaticano o el canciller alemán Willy Brandt pidieron su indulto. En la opinión de los abogados, hermanas y novia de Puig Antich hay amplia coincidencia en que los partidos y sindicatos tradicionales de oposición no se movilizaron para pedir el perdón del sentenciado y así evitar su muerte o, al menos, buscar postergarla. Salvador pasó su última noche en la celda 443 de la cárcel Modelo de Barcelona, y fue ejecutado mediante garrote vil por el verdugo titular de la Audiencia de Madrid, Antonio López Sierra, en la sala de paquetería de la prisión el 2 de marzo de 1974 a las 9:20 horas de la mañana, certificando su muerte un capitán médico a las 9:40 horas. En muchos países de Europa se organizaron manifestaciones como protesta por la ejecución.



El mismo día, casi simultáneamente y por el mismo método fue ejecutado en Tarragona Georg Michael Welzel (alias Heinz Ches) en lo que se consideró un intento de las autoridades franquistas de distraer la atención respecto a la ejecución de Puig Antich.


 Puig Antich está enterrado en el Cementerio de Montjuïc (agrupación 14, nicho 2737).






Información de wikipedia


Periódico el Caso

Hoy os vamos a hablar de un periódico muy famoso en la época de la posguerra. El semanario El Caso fue un periódico de ámbito español especializado sobre noticias de sucesos, cuyo primer ejemplar apareció el 11 de mayo de 1952, y que hasta su cierre en 1987 se caracterizó por relatar en sus páginas los crímenes y episodios trágicos más desagradables y escandalosos de la sociedad española de la posguerra.











Foto de todo colección

Fundado por reporteros del Diario Madrid, el primer ejemplar salió a la calle bajo un precio de 2 ptas, con una difusión de poco más de 10.000 ejemplares hasta progresivamente ir abarcando una tirada continua de más de 100.000 ejemplares. También conocido como el diario de las porteras, los sucesos de la década de 1950 como el Caso de la mano cortada o el de José María Jarabo Pérez Morris, hicieron aumentar la difusión hasta casi medio millón de ejemplares que agotaron la tirada del periódico.



Después del éxito cosechado con sus publicaciones sobre El Lute, es ya a partir de la década de 1970 y con el fin de la dictadura junto con la televisión ya prácticamente asentada como espacio informativo, cuando El Caso empieza a reducir su tirada para definitivamente cerrar en 1987. Al haberse multiplicado el número y magnitud de los sucesos trágicos y escandalosos que acontecen a diario en la sociedad española, todos los periódicos incluyen hoy noticias que hubieran dado consistencia a las ediciones de este semanario. Su último director fue el periodista almeriense José Manuel Bretones.



Me he animado a hacer esta entrada porque ayer casualmente oí hablar a mi abuela de este periódico y como mucha gente de mi generación no sabe de que se trata aquí os informo de un semanario de sucesos que tiempo atrás fue muy famoso y varios años después todavía es recordado por la gente que era fiel seguidora como mi abuela Remedios.









viernes, 16 de marzo de 2012

La casa misteriosa de Barcelona


Febrero de 1935. C/ Francisco Giner, nº43. Barriada de Gracia. Barcelona: El gélido invierno que castigaba a toda la ciudad hizo que Enrique Montroig Mendoza, de profesión vigilante nocturno se abrigara más de lo acostumbrado. Aquella noche iba a ser muy fría, y tras echar algunos alimentos a su morral para hacerla más agradable, abandonaba su domicilio como solía hacer todos los días en dirección a su lugar de trabajo. Atrás dejaría los bajos del número 43 de la calle Francisco Giner, en donde convivía con su esposa, madre política y dos hijos. Era el domingo 10 de febrero de 1935 y tras su marcha, la familia se fue a dormir ajena a lo que esa noche les depararía.



Al poco rato de que se hubieran acostado, comenzaron a oírse unos golpes sordos en las paredes adyacentes a la escalera de la casa, y a eso de las once de la noche, los golpes, cada vez más seguidos, se intensificaron sonando en todo el edificio. Alarmado, el hijo mayor se levantó temeroso de que se tratara de unos ladrones, y al encender la luz del comedor oyó un fuerte estrépito a la vez que veía cómo un cajón que se hallaba sobre una repisa se lanzaba, con la fuerza de un proyectil, contra el suelo.

En vista de los acontecimientos decidieron llamar al vigilante de la demarcación que, junto con el sereno, efectuaron una detenida inspección de la vivienda. Mientras tanto, todavía continuaban oyéndose los extraños ruidos, aunque más apagados. También los inquilinos de los pisos superiores, alertados por el escándalo organizado, se congregaron en casa de los Montroig para ver qué estaba ocurriendo; pero una vez que hubieron llegado los vecinos, los ruidos y demás sucesos misteriosos cesaron por completo, por lo que volvieron a marcharse a sus casas. Allí tampoco era necesaria ya la presencia del vigilante de la demarcación ni la del sereno, por lo que decidieron abandonar la inspección, que resultó negativa. Poco después de partir, los ruidos y demás fenómenos volvían nuevamente a turbar la tranquilidad en que había quedado la casa, prosiguiendo intensamente hasta el amanecer; momento en que regresó a su domicilio Enrique Montroig.

Motivo de denuncia: Lunes, 11 de Febrero de 1935: Como al día siguiente continuaron los ruidos, el dueño del piso se presentó en el cuartelillo de la Guardia Urbana del distrito para denunciar el hecho. Desde allí lo notificaron a la Delegación de Policía, y un agente, junto con una pareja de guardias, fueron destacados al lugar de los extraordinarios sucesos para realizar una minuciosa investigación que al parecer no dio resultado alguno. ¿De qué tipo de investigación se trataba? No lo sabemos, pero todo parece apuntar a que los policías inspeccionaron hasta el último rincón de la casa en busca de algún indicio, culpable de todo aquel alboroto.





Al día siguiente, martes 12 de febrero, los fenómenos habían desaparecido; pero a eso de las siete y media de la tarde, el vecindario tuvo que salir precipitadamente a la calle, loco de terror, debido a los atronadores ruidos que nuevamente se estaban dando en la casa, seguidos de fenómenos a cual más extraordinario y sobrenatural. Una silla del comedor cayó por dos veces al suelo y se volvió a levantar sin la ayuda de nadie. El reloj se paró y reanudó la marcha sin tocarlo para nada. Desapareció un tenedor que estaba encima de la mesa para caer después a los pies del hijo mayor. La lámpara comenzó a moverse frenéticamente, y todos los cristales empezaron a tintinear. Inmediatamente cayó una lluvia de piedras en el patinillo y los ruidos, cada vez más ensordecedores, prosiguieron otra vez hasta el amanecer. Todo esto, y más aún, relató la familia Montroig a la policía.



Pero curiosamente hubo un fenómeno que llamó poderosamente la atención de la policía: el tintineo de los cristales. Estos estaban tan sólidamente sujetos a la ventana, de modo que resultaba prácticamente imposible provocar dicho efecto –el temblequeo– intencionadamente.

Pero había más testimonios, alguno de los cuales fueron narrados por los propios vecinos, asustados de lo que sus hijos decían ver. Los chiquillos aseguraban haber observado sombras blancas cruzando por el pasillo, así como sillas y relojes que se movían solos, además de sentir en alguna ocasión –los pequeños– el roce de una especie de ala fría sobre su frente, y como si alguien golpeara los cristales de la ventana de su casa, sin que allí hubiera nadie.





¿Quién provocaba el fenómeno? Como el dueño del piso se presentó en la Delegación de Policía para denunciar el hecho, en los archivos policiales debería quedar constancia de dicha denuncia. Y lo más importante, era la primera vez en la historia de nuestro país que se denunciaba a las autoridades españolas un fenómeno poltergeist, y teníamos la fecha: lunes, 11 de febrero de 1935.

A tenor de estos datos, podía tratar de localizar el supuesto informe del caso. Así pues, el viernes 18 de abril de 1997 me entrevistaba con el relaciones públicas de la Jefatura Superior de Cataluña, el inspector de policía Federico Cabrero, quien me recibió amablemente en el Gabinete de Prensa de dicha Jefatura. Tras exponerle el caso le pregunté si podía localizarse el informe. Su respuesta me llenó de incertidumbre: “lo intentaré, pero lo veo difícil”. No le faltaba razón. Días más tarde me comunicaba que en los archivos policiales no había encontrado nada. Y que a lo sumo, de hallarse algo, sería una minuta difícil de encontrar. Lo he intentado por otros medios, pero todos los esfuerzos realizados han sido en vano. Sin embargo la esperanza es lo último que se pierde...

Un lejano recuerdo: En la tarde del domingo 13 de abril de 1997, tan sólo cinco días antes de entrevistarme con el inspector de policía Federico Cabrero, me desplazaba hasta el lugar de los hechos en busca de alguna respuesta. No sabía lo que me iba a encontrar; ni tan siquiera sabía si tal casa se conservaría en pie. Por el momento, el nombre de la calle no había variado en 62 años. Cuando llegué a la altura del número 43, la sorpresa fue mayúscula, el edificio que fuera protagonista de los extraños fenómenos, allá por febrero de 1935, todavía existía.

En busca de alguien que me diera referencias del caso, comencé a entrar en los locales de dicha calle y hablé con los actuales inquilinos del propio inmueble. Todo fue en vano, nadie recordaba nada. Llamé al portal contiguo, el número 45. Tras una breve explicación del motivo de mi llamada, una voz femenina me invitó a entrar: “Espere un momento que bajo a abrirle”.

Mi interlocutora, Isabel González Gaspar, me sugirió que pasara a su casa, en donde me presentó a su marido, Amadeo Canals Arribas, de 52 años de edad. Minutos después me encontraba en la amplia terraza que posee el piso. En la misma, un hombre de aspecto serio y curtido por la vida, me miraba extrañado, era el padre de Amadeo, Amadeo Canals Calvet, de 86 años de edad. Junto a él, su simpática hermana, María Canals Calvet, de 83 años, me saludaba educadamente.

Una vez acomodado, les pregunté cuánto tiempo llevaban en esa casa, a lo que el octogenario Amadeo me contestó: “Desde que nací en 1911, toda la vida. La calle, antes de llamarse Francisco Giner, se llamaba Culebra”. Con una respuesta así era muy probable que los hermanos recordaran algo del caso, desconocido hasta hoy. Les mostré unas fotografías y les expliqué de qué trataban. El viejo Amadeo no tardó en reconocer en una de ellas al hijo del vigilante: “Este es Juan Montroig, el joven que está en la cama, el de la foto”. Y añadió: “Enrique Montroig, el padre, era vigilante de ‘Elizalde’, una fábrica de motores de avión en el Paseo de Sant Joan”.

Este último comentario hacía más significativo el caso. El puesto de responsabilidad que ocupaba Enrique Montroig era un dato importante a tener en cuenta a la hora de evaluar el caso. Pero Enrique Montroig ya había muerto, así que me vería obligado a localizar a sus descendientes. A este respecto, el hijo de Amadeo me sacó de dudas: “Juan, el hijo del vigilante, si es que vive, a saber por donde andará. Nosotros fuimos amigos de la familia, y en el local ese tenían una peluquería, y conque aquí eran épocas malas, decidieron irse a vivir a Brasil, a Sao Paolo. Al cabo de un tiempo nos enteramos que se habían separado, y la ex-mujer de Juan, Petronila, se vino a vivir aquí. Una de sus hijas se llamaba Marineta. Pero ahora no tenemos ni idea de dónde pueden vivir”.

Mientras tanto, la estupenda memoria que María todavía conserva a sus 83 años, recordó aquellos entrañables días: “Ahora que lo va diciendo me acuerdo. Recuerdo que por aquel entonces hubo mucho jaleo en Zaragoza con lo del duende, que hubo bastante ‘ruido’. Y al poco tiempo, ellos –los Montroig– empezaron que aquí también, que se movían las cosas, que no se qué, pero... al final les dijeron que callaran. Aquí en la calle, esto que aquí se ve que hay unos cuantos, pasaba un montón de gente por la noche, que es cuando hacía ruidos, y venían a oírlo... a ver qué pasaba... Mucha gente, mucha gente. Se reunía mucha gente. Y se dijo que lo hacían ellos, que lo movían ellos. También me acuerdo de ese comedor, el de la foto. Ahora está cerrado y hasta hace poco vendían ropa usada”.

Poco más recordaría María; y a decir verdad, tampoco supo decirme quiénes fueron los que dijeron a los Montroig que callaran, ni si realmente eran ellos –los Montroig– los que provocaban los fenómenos intencionadamente. Finalmente la solución al caso parecía haber sido resuelta, porque hubo varios inquilinos –incluidos los Montroig– que desalojaron sus pisos para ocupar otros del mismo inmueble. Esto hizo sospechar a los vecinos y a las autoridades que el cambio de domicilio de la familia Montroig durante esos días fuera lo que probablemente hizo que los fenómenos –también inexplicablemente– cesaran de repente.

Situación similar: Algo parecido había ocurrido meses atrás en Zaragoza con lo del famoso duende. La presión ejercida por las autoridades a los medios de comunicación ordenando que no informaran más sobre el caso, así como la acusación de fraude en el mismo, hizo que el asunto quedara aparentemente resuelto.

No sería de extrañar que ante el revuelo que se ocasionó en Zaragoza con lo del duende, la policía de Barcelona decidiera no dejar que en su ciudad pasara lo mismo. Por tanto, mucho me temo que no fueran ellos mismos los que mandaran callar a la familia, e incluso olvidarse del tema a la prensa. De todos modos, fuera la familia obligada a no hablar más con la prensa, o los periódicos presionados para no publicar nada más, de lo que podemos estar seguros es de que en la última semana de febrero de 1935 y desde altas horas de la madrugada hasta el amanecer, unos fenómenos inexplicables, acompañados de extraños golpes y ruidos ensordecedores, hacían que todos los habitantes del edificio afectado huyeran de sus casas, abandonándolas, saliendo en pleno invierno a la calle; lo que provocaría una denuncia por parte del dueño del piso en el cuartelillo de la Guardia Urbana del distrito, notificándolo a la Delegación de Policía del barcelonés barrio de Gracia.

Texto de Angel Briongos Martínez ( Periodista especializado en la Investigación de lo paranormal y Coordinador del S.E.I.P. en Zaragoza) 

jueves, 15 de marzo de 2012

Belchite


 Belchite


Foto de mundoparapsicologico.com


Belchite es un municipio de la provincia de Zaragoza, (España), situado a 49 km de la capital. Tiene una población de 1.636 habitantes. Hay que tener en cuenta, que la población actual de Belchite es una reconstrucción al lado de las ruinas del pueblo viejo, dejando intactas las ruinas del anterior como recuerdo de la guerra civil y de lo que se consideraron excesos del bando vencido.




Foto de naturalezamuerta.blogspot



La Batalla de Belchite fue un conjunto de operaciones militares (comprendidas en el marco de la Ofensiva republicana sobre Zaragoza) desarrolladas durante la Guerra Civil Española entre el 24 de agosto de 1937 y el 6 de septiembre del mismo año en los alrededores e interior de esta población zaragozana. Para conquistar la pequeña localidad hubo que movilizar un gran número de hombres y medios militares que habrían sido más necesarios en el avance hacia la capital aragonesa, principal objetivo de la operación. Así pues, la Batalla por Zaragoza acabó convirtiéndose en la Batalla por conquistar Belchite. Aunque la pequeña población cayó en manos republicanas, su lucha fue a un elevado coste para el Ejército Popular de la República, además de que significó el fracaso de la operación sobre Zaragoza.




Foto de naturalezamuerta.blogspot




En esta población en ruinas, tan diferente, dónde nosotros fuimos con cámara en mano. Nos sorprendió muchas cosas del pueblo en ruinas, pero lo mas sobrecogedor del sitio son las sensaciones que te transmite. Una sensación de intranquilidad de todo lo vivido en ese pueblo, las situaciones acaecidas en él. Para nosotros fue impresionante, incluso hubo un compañero que tuvo sensaciones de frío a una temperatura de 42ºC. Inspeccionando la zona uno se da cuenta de como una guerra puede ocasionar un daño tan enorme que un pueblo donde antes había vida de gente normal y corriente, ahora tenemos destrucción y aniquilación de la población de aquella época. Por tanto es un claro ejemplo de como puede una guerra civil es una de las mas crueles de las guerras; las gentes del país luchando contra ellos mismos y participando en una guerra que no pidieron.


Entrada a Belchite viejo
Primeras casas en ruinas al entrar a Belchite

Cartel de la entrada a Belchite

Calle principal de Belchite

Uno de los balcones de un edificio derruido


Letrero de la entrada del pueblo donde se pone (Ruinas históricas)




Momento en que entran las tropas republicanas





Edificio en ruinas


Calle principal


Fachada de otro edificio destrozado

Antiguo campanario



En esta foto se puede ver la antigua estructura de un edificio, hecha de cañas

Vista donde se observa la iglesia al fondo a la izquierda

En este seguido de fotos que os presentamos ahora, es la zona que mas nos impacto. La zona en cuestión es la iglesia del pueblo que fue la mas atacada por los bombardeos en la guerra. En la iglesia podemos ver que aun se conservan muchos frescos y algunas bóvedas de la nave principal. Al entrar en la iglesia lo que nos sorprendió fue:

  • el escrito de la puerta principal que se puede ver en una de las fotos que vienen a continuación. 
  • Otro escrito que esta una de las paredes. También se puede ver en las fotos.
  •  Un ramo de rosas rojas que están en un banco de piedra de la iglesia.
  • Disparos de bala en la puerta principal.
Al entrar en esta iglesia nos inundo un sentimiento de respeto y de escalofrió, recordando lo ocurrido en el lugar y esta lugar es el que mas nos dio a entender todo lo ocurrido.


Foto de mundoparapsicologico.com

Fachada principal de la iglesia



Puerta principal con el escrito

Nave principal de la iglesia

Otro escrito en la iglesia

Bóveda medio derruida 


Frescos de la iglesia





Arcos  apunto de caer

Ramo de rosas



Agujeros de bala del portón

Único muro en pie de un edificio





Vista de la iglesia con el campanario 
En la foto que viene a continuación se puede ver un hueso humano. Este hueso lo encontramos por casualidad en uno de los edificios de la zona. En el pueblo se hicieron muchas fosas comunes por los muertos de la batalla. Para nosotros el encontrar el hueso fue un momento difícil de explicar.




Torre del pueblo

Cruz en la plaza del pueblo

Ayuntamiento ahora




Foto de naturalezamuerta.blospot

Ayuntamiento antes




Letrero de una de las tiendas del pueblo. Se puede ver que ponía "comestibles"



Numero conservado de uno de los edificios

Vista de la iglesia




En definitiva, un sitio donde recomendemos ir a visitar. Un sitio lleno de historia, nuestra historia. Un lugar donde se puede sentir el sufrimiento que puede llegar a producir una guerra. Un sitio para la memoria, que nos puede enseñar muchas cosas que nunca mas tienen que ocurrir.








Aquí os dejo un vídeo sobre Belchite: