El chico trabajaba en los famosos almacenes barceloneses de El Siglo.
Según la leyenda popular, antes de morir de tuberculosis el joven predijo el incendio que ocurrió en esta nave en 1932. No se sabe con certeza cuando el sepulcro de este chico se convirtió en un lugar de peregrinación o quien le otorgó el calificativo de "santo" popular, pero el caso es que la tumba de "El Santet" es objeto de devoción. Sus seguidores creen que el joven puede interceder ante Dios para obrar milagros, y por ello son muchos los que le rezan y le dejan mensajes, ofrendas y flores. Incluso los nichos vecinos han tenido que vaciarse para albergar todos los objetos que los fieles depositan en la tumba de este hombre objeto de culto pagano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario